Papa,
te llamas
papa
y no patata,
no naciste castellana:
eres oscura
como
nuestra piel...
...Profunda
y suave eres,
pulpa pura, purísima
rosa blanca
enterrada,
floreces
allá adentro,
en la tierra...
...enemiga del hambre,
en todas las naciones...
...tesoro interminable
de los pueblos...
(Fragmentos de Oda a la Papa,
Pablo Neruda , 1968)


Orígen

La papa nació en América del Sur, en las tierras altas de Los Andes, junto al lago Titicaca, cerca de la actual frontera entre Perú y Bolivia. Allí se ha cultivado desde hace más de 7000 años. Una vez domesticada, la papa se extendió por todos Los Andes y, cuando llegaron los españoles a comienzos del siglo XVI, los agricultores cultivaban cientos de variedades en las tierras altas (entre los 2000 y los 4000 metros de altitud) de lo que hoy es Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. También se cultivaba en Méjico, Guatemala, Venezuela y noroeste de Argentina.

Perú y Bolivia poseen la mayor diversidad de variedades cultivadas, con una gran variabilidad, tanto en cuanto a las formas y colores de los tubérculos, como a las características de la planta y colores de la flor.

Los cultivares de papa más antiguos de Europa ( S. tuberosum ssp. andígena ) procedían de las zonas altas de Perú y Colombia, con fotoperíodos de días cortos. En Europa se fueron seleccionando las variedades que se adaptaban a los días largos de los veranos europeos, que era cuando se realizaba el cultivo. El proceso de adaptación produjo una serie de cambios en la morfología de la papa. Esto no sucedió en las Islas Canarias, donde los descendientes de los cultivares de andígena, introducidos directamente desde el Perú en 1622, al seguirse cultivando bajo fotoperíodos de días cortos, no han cambiado su morfología.

Primeros contactos europeos con la papa

Los españoles debieron haber visto la papa por primera vez en noviembre de 1532 cuando, desde la costa peruana, a la que llegaron a comienzos de ese año, ascendieron a Los Andes para apoderarse de Cajamarca, a 2.800 metros de altitud. Pero, de este acontecimiento, no ha quedado referencia escrita.
En 1535, Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, cronista general de Indias, escribe en su "Historia Natural y General de las Indias", basado en informaciones del piloto Johan Cabezas:
"Una fructa hay en aquella tierra, por donde anduvo el mariscal don Diego de Almagro, de la otra parte del Cuzco,
que la produce de sí la misma tierra; e son como ages redondos
(es decir, como batatas/boniatos redondas) e tan gruesos como el puño, llamánlos pipas (es decir, papas, por error de los impresores ), e quieren parescer turmas de tierra..."

En 1536, Gonzalo Jiménez de Quesada, conquistador de Nueva Granada y fundador de Bogotá, partió de Santa Marta, en el Caribe colombiano, y recorrió en 1537 la cuenca del río Magdalena, donde él y sus hombres vieron por primera vez la papa. Esta vez si quedó constancia escrita del suceso, aunque se difundiera con más de tres siglos de retraso. Juan de Castellanos, en sus "Elegías de varones ilustres de Indias", que terminó de escribir en 1601, pero que no fué publicada hasta 1.886, hizo la siguiente descripción de la papa:
"... trufas redondillas raíces que se siembran producen un tallo con sus ramas,y hojas y unas flores, aunque raras, de color purpúreo amortiguado y a las raíces desta dicha hierba, que será de tres palmos de altura, están asidas ellas so la tierra, del tamaño de un huevo más o menos, unas redondas y otras perlongadas: son blancas, moradas y amarillas, harynosas raíces de buen gusto, regalo de los indios y aún de los españoles golosina".

Aunque Castellanos no designa a las papas por su nombre, sino por lo que a él le parecían (trufas), la mayor parte de los cronistas españoles si lo hicieron. Fray Vicente Valverde, primer obispo de Cuzco, dirige en 1539 una carta a Carlos I, rey de España, y al enumerar los alimentos que existían, dice:
"Raíces, ages, batatas, caui, que es una raíz que pasada es como avellanas tostadas, papas, que es una cosa como turmas de tierra de España, las cuales raíces secas las llaman chuño, y de éstas se mantiene en las tierras muy frías, asi como en Collao, y donde no pueden coger maíz".

La primera referencia publicada que cita el vocablo "papa" corresponde a Francisco López de Gómara, quien, en 1552 (20 años después del desembarco de Pizarro en las costas peruanas), en su "Historia General de las Indias", al describir las regiones montañosas del sur de Perú y parte de Bolivia (la región de Collao, en el altiplano entre Cuzco y el lago Titicaca, donde se originó y domesticó la papa) dice:
"Los hombres viven en este valle desde hace cientos de años y comen maíz y raíces, parecidas a las turmas de tierra, a las que llaman papas".

La mejor descripción de la papa de esos años la hizo Pedro Cieza de León (1518-1560), tal vez el cronista e historiador más importante de la conquista del Perú. En su "Crónica del Perú", publicada en Sevilla en 1553, Cieza hace una descripción de la papa que es mas conocida que la de Castellanos, aunque no tan detallada:
"De mantenimientos naturales fuera del maíz, hay otros dos que se tienen por principal abastecimiento, a uno de ellos la llaman papas, que es a manera de turmas de tierra, el cual después de cocidos queda tan tierno por dentro como castaña cocida, no tiene cáscara ni cuesco más que lo que tiene la turma de tierra. Porque también nace debajo de la tierra como ella, produce esta fruta una hierba ni más ni menos que la amapola"
Se sabe que Cieza vió la papa por primera vez en 1538, cuando tenía 20 años, en Popayán, al sur de lo que hoy es Colombia.

En 1571, Pedro Pizarro, primo de Francisco Pizarro y cronista del virrey Francisco de Toledo, escribe:
"las indias casadas que andaban en la guerra, llevaban a cuestas la comida de sus maridos, las ollas y aún algunas la chicha, que era cierto brebaje que hacen de maíz como vino. De este maíz hacían pan y chicha y vinagre y miel, y sirve de cebada para los caballos. La comida de los indios pobres era este maíz ya dicho, y yerbas, papas y otras legumbres que cogían y algún pescadillo pequeño de los ríos de la sierra".
Papas, pescado y maíz. Es decir, una dieta muy similar a la de la clase popular canaria de los siglos XVII al XX: papas, pescado y gofio.

Una de las descripciones más completas del cultivo de la papa es la que hace Baltazar Ramírez, en 1597:
"En algunas provincias de la sierra por ser tierra muy fría no se coge trigo ni maíz pero cógese cierta semilla que se llama papas por su mantenimiento general e importante a todos los yndios y en todo el reino alargaré diziendo las particularidades dello. Las papas son como las turmas de tierra de Castilla mayores o menores según la disposición y fertilidad de la tierra; deste género Ay diferentes especies con diferentes nombres pero todas ellas se llaman papas y se comen cozidas o asadas pero nunca crudas. Labrando la tierra con particular beneficio tarda en crecer y madurar seis meses. Y echa fruto debaxo de tierra y encima de la tierra haze una mata de un palmo o más en alto de unas hojas anchas y verdes que cuando el fruto está algo grueso debaxo de tierra estas hojas echan unas florezuelas azules. Tienen los yndios una especie particular de que siembran gran cantidad de la qual hazen el chuño que es el mantenimiento de más importancia que los yndios tienen y más ordinaria comida que aunque hay mucho maíz y mui bueno lo cual comen cozido o tostado es como fruta regalo pero el chuño es mantenimiento ordinario de mucho nutrimiento y sustancia"
Ramírez hace, además, referencia a la duración del período vegetativo y a la coincidencia del momento de la tuberización con la floración.

Felipe Guamán Poma de Ayala, cronista mestizo de ancestros indios nobles, presentó en 1613 un calendario o cuadro anual de distribución de las tareas agrícolas (que realizó entre 1583 y 1613), con 12 dibujos acompañando la narración. Seis de los grabados se relacionan con el cultivo de la papa: el que corresponde al mes de agosto, el mes para la preparación del terreno (arando con la azada o arado de pie, la taclla), el del mes de diciembre (sembrando papas), el de enero (aporcando las plantas con una azada pequeña o arado de mano), el de febrero (guardando la cosecha de los ladrones), el de junio (tiempo de cosecha de las papas) y el de julio (tiempo de llevarse la cosecha de maíz y papas).

Fuentes:

• D. Eovaldo Hernández Pérez. Profesor Fitotecnia y Bioquímico. Libro las Papas Antiguas de Canarias (pag. 1-14). APAC, 2002.